Vida Salvaje en México

México ocupa un territorio tan extenso que no es de extrañar que contenga una enorme variedad de flora y fauna. Distribuida por una diversos hábitats que van desde pinares y ecosistemas tropicales a desiertos e incluso un enorme atolón coralino, la riqueza de las especies naturales de México es inabarcable y cuenta con muchos ejemplares endémicos.

La fauna mexicana constituye un variado conjunto de especímenes tales como lobos, jaguares, pumas, iguanas, mariposas monarcas y los inquietantes axolotes. La fauna marina es también muy amplia, con tortugas, tiburones, peces espadas y ballenas que pueblan las costas del país.

La flora es igual de exuberante, con más de 30.000 plantas floríferas a lo largo y ancho del país: desde orquídeas hasta el famoso árbol del cacao. En México pueden encontrarse algunas especies vegetales que no se hallan en otras partes como enormes cactus de hasta 20 metros de alto o el árbol cirio. También existe una enorme variedad frutal. Existen especies autóctonas especialmente llamativas como el mamey, el zapote y el canistel.

Lo malo es que debido al aumento de la deforestación, la contaminación y, en ciertos casos, el exceso de caza, la lista de especies amenazadas de México sigue creciendo. Muchos de estos animales pertenecen a especies endémicas, así que el esfuerzo continuo del gobierno para mantener la red de parques naturales es clave para evitar que desaparezcan los ejemplares autóctonos. Algunas de las especies animales acuáticas en riesgo son la vaquita marina, el mamífero acuático más pequeño del mundo y que se encuentra sólo en el Golfo de México, y la totoaba, un pez que también habita las aguas del Golfo y cuya población ha quedado diezmada por la sobreexplotación pesquera. Algunos mamíferos terrestres que se consideran amenazados son el perrito de las praderas mexicano, la rata canguro de San Quintín , el zacatuche o conejo de los volcanes y la tuza de Zanatepec.