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Todo va bien si hablas español con propiedad. Es algo cierto en cualquier lengua. Pero, ¿qué pasa cuando estás en una calle de Madrid y, de repente, no entiendes una palabra que alguien ha dicho porque el español que está usando está a años luz del que has aprendido en los libros de texto? También puede ocurrir que pienses que eres tan bueno en español que podrías pasar por un nativo… hasta que te das cuenta de que te delata el desconocimiento de algunos “trucos” que deberías añadir a tu repertorio. Echa un vistazo a esta lista de estos pequeños matices (bueno… algunos de ellos no son tan “pequeños”) que necesitas pulir para sonar como un verdadero español.
Estos trucos son un tanto difíciles teniendo en cuenta los diferentes aspectos que condicionan a las personas de otros países al hablar en sus lenguas nativas (algunas de estas claves para la pronunciación son, de hecho, consideradas como defectos en lengua inglesa, por ejemplo). Pero dejémonos de discursos, así que vamos allá.
“D” suena como “TH”- Sí, es cierto (incluso es algo sutil). No encontrarás un madrileño que no diga algo similar a “MaTHriz” (Aunque el sonido “Z” del final a veces no se pronuncia de manera clara) o “MaTHri” (sin la D del final), cuando tú pronuncies “MaDriD”. La “D” en español nunca es tan dura como lo es en inglés, es un sonido más suave y matizado.
“C” y “Z” suenan como “TH” - Cuando las “Cs” suenan como “Ss”, en español (especialmente cuando detrás viene una “e” o una “i”) se pronuncian como “TH” y lo mismo pasa con las “Zs” (algo que se conoce como distinción en lingüística). Esto es algo peliagudo para los angloparlantes nativos; y no, no es que los españoles en general tengan un defecto en el habla, es que pronunciarlo así es el propósito. Así que si quieres sonar como un auténtico español tienes que pronunciar “THaragoTHa” (en lugar de “Zaragoza”) y pedir una “THerBeTHa” (en lugar de una “Cerveza”) en el bar (nota: el sonido “V” en español está en un lugar intermedio entre el de la “V” y el de la “B”).
El sufijo “-ADO” suena como “-OW”. Puedes preguntarte qué es un “hela-OW” cuando has aprendido en tu clase de español a pedir un “hel-ADO”. Pero debes acostumbrarte. Esta pronunciación es típicamente española. Y si no eres consciente de que se trata de una forma de quedarte con el muy común sufijo “-ADO” te quedarás un poco colgado cuando trates de entender a todo el mundo en España (y en algunos sitios de América Latina).
Si alguna vez has oído hablar a algún español por teléfono te habrás dado cuenta de que dicen “vale, vale, vale” muchísimas veces. Puedes tratar de comprender el sentido de esta palabra, pero si nunca te han enseñando esta palabra básica previamente en clase de español te podrá resultar difícil. En realidad es algo muy fácil pues simplemente significa “ok”. Una vez lo hayas usado, verás que es algo que sale solo y, particularmente, en tandas de tres : “vale, vale, vale”. Esto es algo que te hará pasar por español; “OK”, no te funcionará en la Península Ibérica (aunque todo el mundo sabe qué significa). ¿Vale?
En otros idiomas las palabras usadas para maldecir son consideradas vulgares y hay que usarlas con mucho cuidado (al menos en lugares de trabajo o sitios como la Universidad). Pero en España no es así del todo. No es necesario que las guardes con celo. Hay unas pocas palabras que pueden traducirse en palabras realmente ofensivas en inglés, pero hay muchas que son completamente inocuas en España. El mejor ejemplo es “joder” (que se puede traducir por F***), una de las palabras más chocantes en inglés. En España, quizá, puede ser usada para enfatizar una frase. No queremos ir tan lejos como para decir que se pueden usar en cualquier situación de forma natural, porque no es así; pero tranquilamente puedes escuchar un “joder” al principio, mitad o fin de una conversación durante un almuerzo o una reunión de empresa sin que nadie se escandalice.
¿Buscas otras palabras “sucias” en español? Puedes oír “La madre que lo parió”, que sería algo así como “damn” or “what the hell” y expresa sorpresa; “Cabrón”, que viene a ser “bastard” o “asshole”, pero que también puede usarse de una manera inofensiva; o “Gilipollas”, que también es una versión de “asshole”. La lista es interminable.
Otras palabras se utilizan mucho en las charlas coloquiales en España. Aunque no son maldiciones, habrás oído a mucha gente joven decirle a algún amigo “tío” o “tía” (literalmente “uncle” y “aunt” pero utilizado como “man” o “dude”); “chaval” (“Little guy”/ “kid”) o “coleguis” (“friend”/ “buddy”).
¡Quédate con esto chaval, joder!
Muy probalmente has escuchado el uso del sufijo diminitivo “-ITA” para hacer las palabras españolas más pequeñas y entrañables. Pero, ¿qué pasa con “-ICO/-ICA”, “-INO/-INA”, “-ETE/-ETA” o “ÍN/-IÑA”? Muchas veces se trata de diferentes usos regionales: “pequeñito” (small, little thing) es lo mismo que “pequeñino”, “pequeñete” y “pequeñín”. Y, si quieres hacer algo más grande de lo que es, añade como un buen español un aumentativo como “-AZO/-AZA”, “-ÓN/-ONA”, “-OTE/-OTA”, “-UDO/-UDA”. Pasa de ser “grande” cuando hables español a ser “grandote”, bébete un enorme “copazo” o convierte tu hogar en una estupenda “casona”.
La manera en la que los españoles piden en los bares o hacen peticiones sencillas puede ser un poco chocante para personas de otros países. Puede parecer brusco decirle directamente a un camarero “ponme un café” (literalmente “give me a coffee”). En muchas culturas esto puede ser hasta descortés, pero no te preocupes, ¡no es así en España! Es solo una manera de pedir que funciona para la cerveza, el pan o cualquier cosa que puedas pedir en un mostrador. Puedes intentarlo con un tímido, “¿Me pondrías un café, por favor?” (“Could I have coffee please?”) y quizá el camarero te comprenda, pero lo encontrará extraño o tomárselo como algo condescendiente o sarcástico, sobre todo si has estado esperando durante mucho tiempo, ya que expresarse de una manera excesivamente cortés y cuidadosa no es la norma. El imperativo también puede usarse en otros muchos contextos (como en la mesa, en la calle o en el sector servicios). ¡Así que no temas pedir algo usando el imperativo! Y si sientes que estás siendo un poco brusco sencillamente acompáñalo de una sonrisa.
Sigue estos sencillos cinco pasos y no tardarás en hablar como un verdadero español. Mejor aún, ven a España, experimenta todo por ti mismo y podrás sentirte como un español más.
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