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¿Sabes qué es lo mejor que puedes hacer en Guanajuato? Dejar tu mapa en casa y seguir el camino que marquen tus pies a través de las laberínticas calles del casco antiguo, donde te quedarás impresionado con cada colorido edificio, con sus plazas arboladas y con sus encantadores cafés que encontrarás a la vuelta de cada esquina. Pero tanto caminar y tanto explorar la ciudad puede llegar a ser cansado, especialmente cuando sabes que no hay playa cerca. Por eso, aquí tienes cinco maneras de evitar que el calor pueda contigo y de conseguir sacar el máximo a tu experiencia en Guanajuato.
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Callejoneadas son una divertida tradición nocturna única en el estado de Guanajuato. Un grupo de músicos vestidos de época te acompañarán en un tour nocturno por las calles y plazas de la ciudad mientras tocan las canciones más típicas de Guanajuato y de otras regiones de México. También te contarán chistes y leyendas históricas sobre los lugares que vas a ir viendo. Muchos de los edificios de Guanajuato están iluminados de noche, por lo que es un modo perfecto de ver la ciudad con temperaturas más frescas y de disfrutar la música en directo al mismo tiempo.
También es una muy buena oportunidad de practicar tu español, ya que estos tours tradicionales normalmente se exponen en español. (Por supuesto, la mejor manera de mejorar tu español durante tu viaje a Guanajuato es ¡con un curso de español en don Quijote!)
Hay tres lugares distintos en los que puedes encontrar tu callejoneada: encuentra el hombre y a la mujer vestidos de manera tradicional en el Jardín de la Unión, en la Plaza Central o en las escaleras del Teatro Juárez. Normalmente, dura unas dos horas.
La Garrafa Nieves hace su delicioso helado o nieve, como se llama en México. Los sabores locales van mucho más allá del chocolate y la vainilla: prueba el de queso, beso de ángel (¿quién sabe si los besos de los ángeles saben como las cerezas y las nueces?), tequila o cualquier otro tipo de fruta que se te ocurra. Su céntrica localización está en la preciosa Plaza de la Paz, también conocida como la Plaza Mayor, lo que hace que este local sea un lugar ideal para darse un merecido y refrescante premio y para descansar de la caminata por la ciudad en los calurosos días de verano.
Si estás en Guanajuato a finales de junio, ¡estás de suerte! Dirígete hacia la zona suroeste de la ciudad, en concreto, hacia la Presa de la Olla, una presa construida en la década de 1740 para abastecer de agua potable a la ciudad.
Cada año, alrededor del 24 de junio, la reserva se convierte en el lugar para celebrar las Fiestas de San Juan, ya que la Presa de la Olla se llena de música, bailes, carreras, juegos y mucha comida y bebida. En cualquier otro momento del año, la reserva es un lugar tranquilo para remar en botes sobre el agua, divertirse en los campos verdes y probar la cocina local en uno de los restaurantes o puestos de comida. Incluso si te pierdes el festival de junio, puedes divertirte cada domingo en el mercado Embajadores con música, comida y una atmósfera estupenda.
Cuando el día comienza a refrescar, date un paseo por detrás del Teatro Juárez y súbete a la red funicular, sube la ladera de la montaña hasta el mirador más alto de Guanajuato, el Monumento Pípila. Además de sus increíbles vistas panorámicas de la ciudad, hay una enorme estatua de El Pípila, un héroe local que se ganó la fama en 1810 a comienzos de la Guerra Mexicana de la Independencia, cuando quemó el almacén de grano (Alhóndiga de Granaditas) después de que los españoles se metieran en barricada en el interior. Sube al mirador un poco antes de la puesta de sol para ver los brillantes colores de la ciudad antes de que se esconda y de que comiencen las mágicas luces que iluminen la ciudad de noche.
Imagina dejar el calor atrás mientras vas unos 200 metros bajo tierra. Para adentrarte en la historia más profunda de Guanajuato, hazte un viaje a Mineral de Pozos, también conocido como San Pedro de los Pozos, una ciudad fantasma que en otro tiempo fue el centro neurálgico gracias a sus minas de oro, plata, cobre y cinc. Además de su belleza, los edificios de piedra derruida y adobe en el desierto han hecho que sean un escenario ideal para rodar películas, aunque no fue hasta 1990 que los artistas no comenzaron a llegar a la ciudad atraídos por sus paisajes. Más tarde, en 2012, Mineral de Pozos fue considerada como una de las Ciudades Mágicas de México, lo que hizo que llegase una nueva energía con hoteles, restaurantes, tiendas y galerías de arte preparadas para alojar visitantes. Te divertirás en lo más profundo de sus minas o simplemente caminando o montando en bici por las ruinas de la ciudad, donde parece que se ha detenido el tiempo.
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