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La letra <ñ> es una de las señas de identidad de la lengua española. Está presente en muchas de las palabras que más usamos y nos ayuda a distinguirlas de otras bastante parecidas en cuanto a su grafía. Algunos de los ejemplos más comunes son: caña/cana, pena/peña, cuna/cuña, campana/campaña,
Si quieres saber más sobre esta curiosa letra, a continuación, te contamos algunos detalles interesantes. Puedes seguir leyendo este post en inglés si lo prefieres.
El elegante tocado que se pone encima de la <ñ> se llama “virgulilla”. Sin embargo, la mayoría de los hablantes de español desconocen su nombre, por lo que lo más común es que nos refiramos a este signo ortográfico como sombrero, tilde o incluso ceja.
Lo que sí es habitual es que aquellos que se dedican a la programación informática lo conozcan, ya que ésta supuso más de un quebradero de cabeza para algunos de ellos. La letra <ñ> y su virgulilla hicieron que hubiera que aumentar el número de bits usados para poder representarla en las pantallas de los ordenadores, aunque muchas veces esto sigue sin lograrse.
La letra <ñ> surge de la necesidad de representar un nuevo sonido que no existía en la lengua latina, pero que se dio en distintas lenguas romance a partir de la grafía de distintos grupos de consonantes, como la doble “n” (anno=año), las letras “gn” (lignu=leño), o “ni” seguido de vocal (Hispania=España).
Pero la economía lingüística siempre ha sido muy importante, y como tantas opciones para el mismo sonido eran demasiadas, los escribas medievales (aquellos que copiaban los libros cuando no había imprenta) decidieron simplificar. Finalmente, se escogió el grupo de consonantes “nn”, que fue abreviado en una sola a la que se le puso este trazo superior llamado virgulilla.
Posteriormente, ya en el siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio fijó las primeras reglas del castellano, y la <ñ> se estableció como la grafía preferida para reproducir dicho fonema o sonido. De esta forma, su uso se extendió y fue incluida en la primera gramática del español, escrita por Antonio de Nebrija y publicada en 1492.
De igual manera, otras lenguas romance que surgieron del latín adoptaron otras formas de representar el sonido /ɲ/: italiano y francés optaron por la combinación “gn”, el portugués se decidió por la “nh” y el catalán la “ny”.
Se trata de la decimoquinta letra de nuestro abecedario, pero no pertenece al alfabeto latino básico. Sin embargo, tampoco es una letra exclusiva del español, pues se encuentra presente en otros muchos idiomas, como el aimara, el asturiano, el bretón, el bubi, el español, el chamorro, el euskera, filipino, gallego, guaraní, iñupiaq, kiliwa, mixteco, o’odham, otomí, papiamento, quechua, rohingya, tagalo, tártaro de Crimea, tetun, wólofmapuche y zapoteco. Por otra parte, el sonido /ɲ/ también lo podemos encontrar en la mayoría de las lenguas nilo-saharianas, las aborígenes australianas y muchas otras en cada uno de los continentes.
En otras lenguas, la «n» doble ha derivado en grafías distintas:
A continuación, os mostramos algunos de los ejemplos más usados de palabras que se escriben con la letra eñe. Entre los vocablos con connotaciones positivas, encontramos: soñar, retoño, aliñar, buñuelo, compañero, hazaña, cariño, enseñar o entrañable. Otros casos menos bonitos, pero no por ello menos importantes o necesarios, son: daño, ponzoña, puñal, arañar, niñato, cañón, ñoño, engaño, migraña, añoranza, huraño o carroña.
Y ahora, cuéntanos… ¿cuál es tu palabra favorita con <ñ>?
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