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En las últimas publicaciones, hemos estudiado el género tanto del nombre (o sustantivo) como del adjetivo. Esto probablemente te habrá resultado familiar, pero hoy estudiaremos algo que plantea muchas dudas entre los alumnos y pocas veces recibe en el aula la atención que debería.
Ya sabemos cuándo es masculino o femenino un adjetivo, pero ¿dónde lo situamos? No hay una respuesta única ya que en español los adjetivos pueden estar antes o después del sustantivo.
Hay adjetivos que van siempre después del sustantivo. Son los que expresan:
Sin embargo, en un lenguaje poético, ese tipo de adjetivos puede ir antes del sustantivo: Me enamoré de sus rojos labios.
En cambio, el resto de adjetivos, es decir, los que no pertenezcan a las categorías anteriores, pueden usarse antes y después del sustantivo.
Estos adjetivos que pueden usarse antes del sustantivo normalmente son adjetivos que tienen un significado relativo, ya que la característica que expresan de un elemento depende de con qué lo comparemos. Por ejemplo: grande-pequeño, rápido-lento, bonito-feo, fuerte-débil, largo-corto, cercano-lejano, etc. Así pues, Algo es grande o pequeño, bonito o feo, rápido o lento, etc. dependiendo de con qué lo comparemos.
Normalmente, cuando estos adjetivos de significado relativo van antes del sustantivo, se trata de un lenguaje más formal: Los testigos dicen que se asustaron porque escucharon una fuerte explosión.
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Gracias a Ignacio Sellés de nuestra escuela en Alicante por enseñarnos dónde colocar los adjetivos.
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