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Si alguna vez has paseado por el centro de Madrid, te habrás encontrado con dos carteles luminosos que forman ya parte de la ciudad: el del Tío Pepe y el de Schweppes. Ubicados en la Puerta del Sol y en la Plaza de Callao respectivamente, estos anuncios se han convertido en símbolos de Madrid tanto como lo son las pantallas de Times Square de Nueva York o las de Piccadilly Circus de Londres.
Y es que, lejos ya de su motivación comercial, estos soportes publicitarios han pasado a integrarse en el skyline de la ciudad y a formar parte de todas las postales y fotos turísticas del centro. ¿Quieres descubrir cómo estas dos marcas han pasado a ser iconos de Madrid? Continúa leyendo en español o haz clic aquí para cambiar a la versión en inglés.
En la Puerta del Sol, junto a la estatua del Oso y el madroño y la Casa de Correos, se erige un monumento mucho menos convencional que no por ello suscita menor interés entre los turistas: el cartel del Tío Pepe. La protagonista del luminoso es una botella de fino que viste chaquetilla y sombrero y lleva una guitarra española. ¿Su eslogan? Sol de Andalucía embotellado.
La compañía vinícola González Byass colocó el primer cartel del Tío Pepe en 1935 sobre la azotea del Hotel París para conmemorar el centenario de las bodegas. En un principio, el anuncio representaba una copa de jerez sobre el rótulo de las bodegas. Jerez, por cierto, es una denominación de origen entre los vinos españoles. Años después, adoptó su forma actual.
El Tío Pepe es uno de los personajes de la capital más fotografiados por los turistas, pero también una figura muy querida entre los madrileños. Tanto es así que, en 2011, cuando desapareció durante tres años de la Puerta del Sol para ser restaurado, fueron muchos los que lo echaron de menos. A su vuelta, en 2014, fue relegado de su antigua posición debido a la aparición de la Apple Store y reubicado sobre otro edificio de la misma plaza.
Esta conocida marca de tónica patrocina otro de los luminosos más emblemáticos de Madrid. Coronando el edificio Carrión, el logo de Schweppes se presenta en letras amarillas sobre un fondo de franjas multicolor que domina la panorámica de Gran Vía desde 1972.
Como el cartel del Tío Pepe, el luminoso de Schweppes ha marcado un antes y un después en la historia de la publicidad española. Con el paso del tiempo, ha pasado de ser una simple creatividad comercial a formar parte del imaginario de la ciudad, aportándole un valor añadido a la marca.
Fuera del ajetreo de la ciudad, en los márgenes de muchas carreteras españolas, se encuentra otro de los iconos publicitarios de España: los toros de Osborne. Se trata de unas siluetas negras de unos 14 metros de altura que representan el típico toro de lidia. De nuevo una compañía vinícola, en este caso la casa Osborne, es la marca detrás del icono.
Su historia es muy peculiar. En 1987, el gobierno español prohibió la existencia de vallas publicitarias en las carreteras para preservar la seguridad vial. Como estrategia para mantener las señales, Osborne decidió pintar las vallas de negro y dejarlas libres de cualquier referencia comercial a la marca. Así, sus famosos toros acabaron siendo protegidos debido a su interés estético y patrimonial. En 2017, estos animales cumplieron los 60 años de vida.
Esperamos que este artículo te haya parecido interesante. Ahora que ya conoces los entresijos de algunos de los espacios publicitarios más célebres en España, te animamos a que veas el siguiente video. Con él, aprenderás más acerca del mundo de las marcas en español. ¡Que lo disfrutes!
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