Juan Pablo Duarte, líder y pensador dominicano considerado como padre de la República Dominicana por su papel en la Independencia Dominicana de España.
Aunque Juan Pablo Duarte (1813-1876) pasó gran parte de su vida en el exilio, incluso durante los acontecimientos revolucionarios importantes, hoy se lo recuerda y celebra como el padre de la República Dominicana.
Duarte, que nació en Santo Domingo, estudió en Europa entre 1828 y 1833, donde abrazó las ideas liberales y socialistas que estaban en boga allí en ese momento. Estas inspirarían su llamada a luchar por la independencia de República Dominicana, que había sido gobernada por Haití desde 1822. Haití tomó el control de ambos lados de la isla de Hispaniola en ese año durante la breve independencia dominicana de España lograda en 1821 y su consecuente vacío de poder.
En 1838 ayudó a fundar La Trinitaria, un movimiento reformista secreto cuyos miembros se sentían decididos a recuperar el control del Haití español, nombre dado a la breve república independiente. Se sentían con derecho a gobernar lo que veían como su parte de la isla en la que las diferencias ideológicas de los haitianos y haitianos-españoles hacían la coexistencia funcionalmente imposible. La Trinitaria creía que sus valores liberales y socialistas serían imposibles de implementar con los haitianos. El presidente haitiano Jean-Pierre Boyer había rechazado las peticiones de los críticos de Haití para reformar el gobierno y establecer una democracia parlamentaria.
Más tarde, Duarte creó otro grupo no tan secreto llamada La Filantrópica, que con valentía defendía la independencia de Haití mediante la organización de representaciones teatrales. El liderazgo de Duarte en la organización y promoción de la independencia dio lugar a su exilio en 1843, cuando se instaló en Venezuela. Al año siguiente, sin embargo, La Trinitaria obtuvo apoyo para su causa después de lanzar un manifiesto a favor de la independencia. El 27 de febrero de 1844 un ejército de partidarios de la independencia, liderado en parte por un ganadero llamado Pedro Santana, asaltó y se apoderó de la Fortaleza Ozama y expulsó a todos los funcionarios haitianos en cuestión de días. Los dominicanos todavía continúan celebrando este día como el Día de la Independencia Dominicana. Duarte regresó de Venezuela ese mismo año ansioso por comenzar a diseñar el futuro de la nueva República Dominicana, por cuya creación había luchado tan duro.
Tras el importante papel que jugó Santana en los ejércitos al mando que ganaron la independencia de Haití, éste continuó defendiendo la nueva república contra los haitianos. Los partidarios de Duarte estaban deseosos de elegir libremente a la presidencia al padre original del movimiento de independencia, cuya mente intelectual había previsto una nación progresista. A raíz del creciente poder militar de Santana, y con el apoyo de su ejército, sin embargo, Santana asumió el poder él mismo. Incluyó una cláusula en la constitución del nuevo país, adoptada menos de un año después de obtener la independencia y que había tomado como modelo la constitución de los EE.UU., que garantizaba su propio derecho como dictador, siempre y cuando los intentos de Haití para invadir y recuperar la República Dominicana continuaran. Actuando como dictador, desterró a Duarte.
Duarte regresó brevemente a la República Dominicana en 1865 para apoyar la lucha en contra de la decisión de Santana, en el poder más de veinte años después de la adopción de la constitución con base en la de EE.UU., para anexar el país a España. Duarte salió para no volver, con la tarea de recorrer América del Sur para reclutar apoyo a los esfuerzos de lucha contra la anexión.
Hoy en día, los dominicanos todavía celebran la memoria del padre de su país. Una serie de monumentos llevan su nombre como una estatua de Juan Pablo Duarte, una plaza y una escuela en la ciudad de Nueva York.