Las bodas en España son uno de los motivos de fiesta más importantes en la vida de las personas y se suelen celebrar por todo lo alto. En las más tradicionales, te puedes encontrar con hasta 200 invitados (o más); pero, como todo, esto depende de los novios.
Uno de los rituales más típicos consiste en tirar arroz o pétalos de rosa al salir del recinto en el que se ha realizado la ceremonia, pero son muchas las tradiciones y costumbres que han cambiado con el paso del tiempo.
Antiguamente, la mayoría de las bodas empezaban por la tarde y duraban toda la noche o incluso hasta la mañana siguiente. Hoy en día, tan normal es una boda de mañana como una de tarde. Eso sí, empiecen a la hora a la que empiecen, se alargan siempre hasta el día siguiente.
En cuanto al anillo de compromiso, la norma dicta que se coloque en el dedo anular de la mano izquierda, mientras que el de casado se lleva en la derecha.
Otra costumbre tradicional de las bodas españolas es que los novios compartan 13 monedas (conocidas como arras) que representan el compromiso de ambos de compartir los bienes que tienen y tendrán en su futuro juntos.
Por lo general, las bodas españolas tradicionales no tienen ni damas de honor ni acompañantes del novio. En su lugar, encontramos a los padrinos, normalmente el padre de la novia y la madre del novio. Son una figura tradicional que no tiene una utilidad real más allá de firmar como testigos tras el enlace. Además, suelen sentarse junto a los novios en la mesa principal del banquete.
Durante dicho banquete de bodas o convite, es muy común que los invitados se vayan acercando a la mesa nupcial para darle a los novios algunos regalos como agradecimiento por haberles invitado a su boda. Una vez avanzada la cena o la comida, los novios o alguna persona designada por ellos reparten también algunos detalles como recuerdo de ese día.
Actualmente, todavía se puede ver en algunas bodas: a los hombres se les suele dar un puro y a las mujeres un pequeño obsequio. Pero esta costumbre ha cambiado con el tiempo, y ahora es habitual también que los novios regalen algo que les caracterice, lejos del puro o de la botella de vino.
En las bodas de hace algunos años, los amigos más cercanos al novio tenían por costumbre cortarle la corbata a trozos y venderlos entre los invitados para sacar un dinero extra para los recién casados. Al mismo tiempo, las amigas de la novia le cortaban su liga para hacer lo propio. Pero del mismo modo que ocurre con el resto de tradiciones, esto también está cambiando y cada vez es más raro verlo en las bodas españolas.
Pasados ya los nervios, la fiesta, y la luna de miel (si es que se han marchado), los cónyuges deben llevar su Acta de Matrimonio al Registro Civil de la ciudad para recibir el Libro de Familia, el documento que certifica que la pareja se ha casado.
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