La arquitectura peruana reúne un enorme abanico de elementos: con el origen en las sorprendentes construcciones incaicas, pasando por los edificios coloniales, por la transformación que los arquitectos peruanos hicieron a partir de estilos europeos como el barroco y el neoclásico y llega hasta hoy día, momento en que encontramos una pléyade de arquitectos de origen peruanos dispersos por todo el mundo, desde Miami a París, desde Lima a Beijin.
Aún siguen en pie, afortunadamente, una importante serie de muestras de la arquitectura inca, que se desarrolló hasta la conquista española, en 1532. La mundialmente conocida ciudad de Macchu Pichu en las cumbres andinas, los monumentales edificios de Cusco, la antigua capital del Imperio Inca muestran una envidiable habilidad de los arquitectos precolombinos en el diseño y la construcción de los edificios.
Le dominación española dio lugar a un tipo de arquitectura (arquitectura virreinal) que supone una muestra de la imbricación y convivencia de los estilos europeos como el barroco, el renacentista, etc. y la influencia de los elementos decorativos característicos del Perú, y que dan un producto final característico y único.
A mediados del siglo XX se produjo un período de modernización y construcción del centro histórico de Lima con poca atención hacia la conservación, lo que produjo una época desgraciada para la arquitectura del Perú; afortunadamente en 1988 la Unesco declaró el centro histórico de Lima como Patrimonio de la Humanidad, lo que llevó a la promulgación de leyes de protección y cuidado de la coherencia constructiva.
Así, en la actualidad, y como herencia de este movimiento conservacionista, brillan una serie de arquitectos peruanos que incluso han superado las fronteras del país para asentarse y abrir estudios en las ciudades más importantes del mundo. Junto a Mario Lara, que reside en Lima, encontramos a nombres tan destacados como Bernardo Fort-Brescia, con residencia en Miami y estudios en EE.UU. y Lima, el arquitecto y diseñador Enrique Ciriani, residente en París, los hermanos Enrique y Julio Espinosa, la arquitecta y paisajista Mª Lucía Rivera, entre muchos otros, que están dando un aire de modernidad, creatividad y sostenibilidad que son una marca de fábrica de los arquitectos peruanos, marcados por su acervo histórico y cultural común.