Nunca pensé que conocería a tantas personas de tantos países diferentes. Las clases en don Quijote son muy internacionales, y además hay un ambiente estudiantil genial en Salamanca gracias a su famosa universidad. Aprendí muchas palabras y expresiones españolas simplemente al hablar con los locales. Mis compañeros y yo, además, poníamos cartelitos por todo el apartamento para ayudarnos a recordar el nuevo vocabulario. La propia ciudad era increíble: puedes ver monumentos impresionantes de camino al supermercado. Ni yo mismo me creo cuánto he aprendido, tanto en la clase como en el mundo real. Recomendaría sin ninguna duda estudiar con don Quijote en Salamanca.
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