Olvídate del conejito de Pascua. En los países de habla hispana, esta semana se dedica a conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesús y no hay ni rastro de este animal peludo y saltarín ni de sus huevos de colores. Hoy te traemos algunos datos curiosos de la Semana Santa latinoamericana, uno de los eventos más importantes del año en muchos países alrededor del mundo. Haz clic aquí si prefieres continuar leyendo este artículo en inglés.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos. Si estás estudiando español en Latinoamérica, habrás visto que las ciudades se llenan de gente que lleva hojas de palma. Estas están trenzadas y tienen diferentes formas, como la de una cruz. Los fieles las llevan a la iglesia para que el sacerdote las bendiga y, después, las cuelgan de la puerta de su casa para obtener protección. Al año siguiente, las quemarán durante el Miércoles de Ceniza, marcando el inicio de la Cuaresma.
Esta costumbre, como muchas otras, se remonta a las tradiciones de la Semana Santa española. Sus procesiones con música en directo y hermosos pasos pueden encontrarse también a lo largo de toda Latinoamérica. Aunque hay varias costumbres que se repiten en estas fechas, cada región cuenta con sus propias tradiciones locales que le dan un toque singular a la Semana Santa de cada lugar.
Muchos países disfrutan de platos típicos de esta época del año, disponibles solo durante la Cuaresma o la Semana Santa. En Ecuador, es el tiempo de la fanesca. Se trata de una sopa espesa hecha con bacalao y 12 tipos diferentes de cereales y legumbres. El pez representa a Jesús, mientras que los otros 12 ingredientes estrella (que varían según el chef) simbolizan a los 12 apóstoles.
Viernes Santo, el día en el que murió Jesús, es el momento más solemne de Semana Santa. Hace no tanto tiempo, en países como Costa Rica, la gente permanecía en silencio todo el día y se abstenía de bañarse o de nadar. Aquellos que no cumpliesen con la tradición corrían el riesgo de convertirse en peces.
En México, el Sábado Santo se convierte en el día del fuego con la Quema de Judas. En las calles cuelgan enormes figuras de papel maché que representan a Judas Iscariote (el que traicionó a Jesús), al diablo e incluso a líderes políticos. Todas ellas arden frente a la atenta mirada de cientos de espectadores. Como las Fallas de Valencia, esta tradición es todo un espectáculo para la vista.
Tras estos días de recogimiento, el Domingo de Pascua es todo alegría en Latinoamérica. Después de la misa, todo el mundo se reúne entorno a la comida, la música y los bailes para celebrar la resurrección de Jesús. Esta atmósfera de felicidad es contagiosa y, seas o no creyente, no podrás evitar compartir esta emoción con todos los que te rodean.
Con tantas tradiciones y eventos únicos, la Semana Santa es uno de los mejores momentos Para aprender español en Latinoamérica e impregnarte no solo de su idioma, sino también de su cultura. Si no has llegado tiempo para este año, ¡empieza ahora a preparar tu viaje en abril de 2020!
Halloween se acerca y una pequeña polémica se reaviva: ¿hemos traicionado los países hispanohablantes a nuestras raíces convirtiendo en algo superficial algo tan profundo como el día de difuntos?
Vayamos por partes: el día de difuntos se celebra el día 1 y el día 2 de noviembre. En muchos lugares el día 1 es festivo así que la gente suele salir durante la víspera, ¿y qué mejor para divertirse la noche anterior a un día de fiesta que una fiesta de disfraces? Además, eso no significa que seamos frívolos: mucha gente que celebra Halloween también recuerda a sus seres queridos los días siguientes.
Polémicas aparte, es curioso ver cómo algunos países han sabido adaptar Halloween a su cultura. Vamos a daros algunos ejemplos.
En México, claro está, la gran celebración es el Día de Muertos; pero Halloween también se celebra. Algo muy curioso es ver cómo los niños han adaptado el “truco o trato” y pasean de casa en casa no pidiendo dulces, sino donativos. Igualmente el 31 de octubre se celebran fiestas de disfraces, pero sin apenas vínculos con las imágenes típicas del día de Muertos. Este, como manda la tradición, se celebra cuando toca.
En España se da el caso de que, en el norte del país y especialmente en Galicia, ya se celebraba entre el 1 y el 11 de noviembre una festividad celta muy parecida a Halloween, denominada Magosto. No obstante, en España han sabido adaptar Halloween a lo español de una manera inesperada: algunas familias resuelven el “truco o trato” dando a los niños dulces de Navidad como turrón o mazapán. Muchos dicen que esta es una de las razones por las que a mediados de octubre ya se pueden ver toda clase de especialidades navideñas en los supermercados.
En Argentina Halloween se celebra como si de carnaval se tratase: fiestas, bailes… una sencilla fiesta para pasarlo bien. Durante un tiempo también hubo polémica relacionada con la adopción de una costumbre extranjera y se propuso que en lugar de monstruos como el hombre lobo o Drácula fuesen protagonista seres de cuño americano como el duende Anchimalén, la vampiresa Ehéie o el monstruo mapuche Pihuchén. La propuesta-es una pena- no llegó a cristalizar. Lo que sí se celebra cada año en Buenos Aires es la Halloween Run, un maratón nocturno al que la gente va disfrazada.
Nos ha sorprendido mucho, lo admitimos, saber que en Colombia ya se celebraba Halloween en los años 60, si bien era una fiesta celebrada por la alta sociedad urbana. En los años 70 se extendió entre el resto de la población. Por cierto, en Cartagena de Indias existe una tradición autóctona que nos recuerda al “truco o trato” llamada Tintililillo: los niños se pasean por los vecindarios cantando una coplilla y pidiendo algunos pesos.
En Costa Rica la celebración de Halloween ha servido, irónicamente, para revitalizar una costumbre un tanto olvidada, la de las mascaradas. Se trata de una festividad que une la tradición española de los gigantes y cabezudos y las tradiciones indígenas. Tal ha sido la fuerza con la que la fiesta ha vuelto que en 1997 se declaró por decreto que el 31 de octubre fuese el día nacional de la mascarada tradicional costarricense.
Donde el enfrentamiento entre Halloween y tradición queda más patente es en Perú. Desde 1944 se estableció que el 31 de octubre fuese el día de una de las manifestaciones típicas más reconocidas del país, la canción criolla; sin embargo, en los últimos años muchos peruanos han dedicado el día a las fiestas de Halloween. También han surgido partidarios de una tercera vía, el “Criolloween”, que aboga por unir la estética de una y el contenido de la otra.
Halloween ha tomado fuerza, pero las tradiciones se resisten a irse, dando lugar a fiestas, celebraciones y manifestaciones muy curiosas. Algo muy, muy interesante.
El día de los muertos es un día muy especial en México. Lejos de ser una jornada triste o tétrica, su color, su animación y su estética celebran la vida y su triunfo sobre la muerte. Es algo que va más allá de los dulces, del maquillaje, de la vestimenta… Por eso os vamos a mostrar los significados que hay detrás de la belleza de este día.
En primer lugar deberíamos hablar de las vistosas Catrinas, las divertidas representaciones de una calavera o los huesos de una dama bien vestida. Su invención data de 1910, cuando figuras de esqueletos animados aparecían en los periódicos como sátira a la política de la época. La Catrina, que por aquel entonces se llamaba “Garbancera”, representaba a aquella parte de la sociedad esnob que se vestía, hablaba y actuaba como si fuera extranjera, olvidando sus raíces. El mismísimo Diego Rivera se enamoró del personaje y le puso el nombre que todos conocemos hoy, “Catrina”. Hoy la Catrina se ha convertido en protagonista indiscutible del día de los muertos y hasta en toda una “it girl”. De hecho la escuela de diseño de la bella ciudad de León, en el estado Guanajuato, organiza cada año un desfile de moda en el que sus estudiantes muestran sus creaciones basadas en este personaje. En otro de nuestros destinos, Oaxaca, las Catrinas también desfilan, pero esta vez por las calles y a modo de estremecedora comparsa.
Los dulces típicos de esta fecha son las calaveritas de azúcar a las que también se las llama “alfeñiques”. A menudo se las ve como ofrenda en los altares que llenan calles y vecindarios durante este día, pero también son muchos los que la regalan a amigos y familiares. Por ello se les puede poner el nombre del destinatario. El origen podría estar en los ritos funerarios de las culturas mesoamericanas, en los que se usaban los cráneos de antepasados fallecidos. Hoy los alfeñiques también son objeto de devoción en una feria destinada exclusivamente a ellos que se celebra en León. Hay multitud de modalidades de este dulce, que llena el estómago, endulza el espíritu y encanta los ojos.
El elemento más importante y con mayor significado es, sin duda, la ofrenda. Se trata de ese colorido y fascinante altar que podemos ver en casas, comercios, restaurantes… y esconde muchos más secretos de los que podemos imaginar.
Las ofrendas siempre tienen siete niveles, contadlos si queréis: en el primero se coloca una foto de un santo o de una virgen; el segundo se dedica a las ánimas que están en el purgatorio; en el tercero se pone sal para las almas de los niños del purgatorio; en el cuarto se pone pan de muerto (pan dulce con azúcar roja) que ha de ser elaborado por los familiares del difunto; en el quinto se colocan las frutas y comida preferida del difunto; en el sexto se coloca la foto del difunto a quien se dedica el altar y el séptimo un rosario elaborado con tejocotes o limas a modo de cuentas.
A continuación se colocan otras ofrendas, también cargadas de significado: velas que deben mirar a los cuatro puntos cardinales; papel morado, cuyo color simboliza la unión de la vida y la muerte; flores blancas, que simbolizan el cielo, y flores amarillas, que simbolizan la tierra; una vara para proteger al espíritu del fallecido de todo mal… finalmente se ha de disponer un camino flanqueado por flores de cempasúchil desde la entrada de casa hasta el altar.
Con tanto simbolismo y arte como tienen los altares no es de extrañar que cada año los habitantes de Guanajuato esperen ansiosamente la tradicional ofrenda monumental que prepararan los estudiantes en la escalinata de la Universidad. En otro estado, el de Oaxaca, los cementerios se convierten en impresionantes sucesiones de ofrendas y altares iluminadas por la espiritual luz de las velas.
El día de los muertos en México, ya decimos, tiene algo inexplicable, místico, duradero. Algo que realmente nos hace pensar que nuestros seres querido nos siguen protegiendo.